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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

miércoles, 15 de abril de 2009

Un astrónomo jiennense



Me enteré a principios de abril de que en la universidad de Jaén se iba a participar en las "100 horas de astronomía" con motivo de 2009, año internacional de la astronomía. Gracias a los profesores de astrofísica de la universidad, todo el que quiso pudo disfrutar de la visión de la luna con sus diferentes volcanes y mares, algunos de los cuales llevan los nombres de astrónomos andalusíes, y de Saturno.

Hubo también una brillante conferencia sobre un astrónomo jiennese que Pedro Luque, el conferenciante, llamó Al Jayyani, pero que yo había visto citado en un congreso de filosofía medieval como Ibn Mu'had de Jaén (m.485/1092). Deben de ser el mismo porque la fama le viene de la confección de unas tablas astronómicas, (esto lo hacía todo buen observador del cielo en la época, con las horas de salida y ocaso de los planetas y de la luna), y de la trigonometría esférica. Al Jayyani construyó esas tablas según el meridiano que pasa por Jaén.

Los árabes inventaron instrumentos que se pueden ver en este cuadro de los embajadores de Holbein (1533) en la estantería superior: el astrolabio, un reloj de sol cilíndrico, un torquetum, un cuadrante. Según lo que te interesa saber, se usan unos u otros instrumentos. Por ejemplo el astrolabio viene bien en la misma latitud , si cambias de latitud, ya necesitas la azafea, inventada por el toledano Azarquiel, el más célebre astrónomo de al Andalus. Y para pasar de unas mediciones a otras es indispensable la trigonometría esférica de Al Jayyani, al que teniendo una aportación tan interesante, sólo una rusa y un danés se han molestado en escribir sobre él.

Y la aportacón para la humanidad de Al Jayyani: resulta que las trigonometría esférica de Al Jayyani la copió un judío salmantino, Zacuto. Y esas fueron las mediciones que utilizó Cristóbal Colón para llegar a América, que por cierto midió todo mal. Porque confundió la milla veneciana con las millas árabes, no siendo lo mismo. Si lo llega a medir bien se hubiera quedado en su casa.

Me encantan todas las equivocaciones de Colón que le llevaron a descubrir un nuevo continente: Tuvo suerte de no tener huracanes en época de huracanes, en empeñarse en ir por el ecuador, (siempre camino más largo), en confundir la visión de Saturno en el horizonte nocturno con un fuego en tierra.

Y que los astros estaban con él es evidente, porque al parecer la nebulosa Norteamérica, que tiene esa forma, era visible esa noche.

Felicito al conferenciante y a la universidad de Jaén por esta iniciativa de sacar la ciencia a la calle, aunque como era de esperar, un viernes de Dolores no hubiera mucho público escuchando sobre astronomía medieval. Los que estuvimos, yo al menos, disfrutamos por diez.

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